Bitácora de Viaje I

Y llegaron las ansiadas vacaciones.  Queríamos puro descansar, pero se nos ocurrió una brillante idea:  ¿Por qué no vamos a dar una vueltita por el barrio?

Y así lo hicimos, partimos un día lunes 18 de febrero, temprano en la mañana, bueno al  menos esa era la idea.  Enzo despierta eufórico, vomita su leche, mamá se enoja y piensa "esto no va a resultar", en fin me quedan al menos 20 días más para estresarme, filo, vamos no más.

Tomamos la carretera 5 sur y hasta donde lleguemos.  A eso de las 2 de la tarde llegamos a Talca, donde almorzamos, una ciudad no muy linda pero muy barata.  Seguimos rapidamente hasta Chillán, ahí visitamos los puntos más importantes de la ciudad, es decir, los murales de Siqueiros y Guerrero, declarados Monumento Nacional (MN).

Después del terremeto que sacudió a la ciudad de Chillán en 1939, el gobierno mexicano donó una escuela, que fue alhajada con estos frescos, me refiero a los murales no a Siqueiros y Guerrero.

En el hall de entrada está el mural "México a Chile", de Xavier Guerrero.  En el segundo piso de la escuela se encuentra la Biblioteca antigua, que solo se usa para exhibir el mural  "Muerte al invasor" de Siqueiros, en ella se representan alegorías de historias de Chile y México durante el dominio español.  

Luego seguimos hacia la Plaza de Armas de la ciudad, donde nos encontramos con un monumento a Bernardo O'Higgins y recorrimos una pequeña feria artesanal, mientras Enzo daba vueltas en un autito de paseo.

Justo en frente la famosa Catedral de Chillán, con su imponente campanario.  La Catedral posee 11 arcos parabólicos.  En su exterior tiene una cruz monumental (campanario y carillón), de 36 m de altura, como homenaje a los muertos del terremoto de 1939.

Nos montamos nuevamente al vehículo y seguimos viaje hasta Los Angeles, allí conocimos los famosos Saltos del Laja.  Las aguas del río Laja caen desde gran altura a un profundo cañón rocoso en forma de arco.  La verdad, entre nosotros, no tienen nada de espectacular, es como la Cocha de Pica pero más grande, me quedo con la típica foto de postal.

Llegamos a la ciudad de Los Angeles a eso de las 21:00 hrs., nos dedicamos a buscar alojamiento, con suerte hemos llegado a la casa Cecilia, una residencial familiar con gente muy agradable, muy limpia, con comodidades e incluso con comida.

En nuestro segundo día de viaje, partimos de Los Angeles hacia Victoria, atravesando toda la zona de la Araucanía.  Para nuestra tranquilidad no salió ningún mapuche a quemarnos el auto, aunque igual llevabamos nuestros pasamontañas y bombas molotov para apoyar la causa mapuche.

En esta zona pudimos apreciar el maravilloso Puente Ferroviario (MN) del viaducto Malleco, declarado en 1995 monumento de la ingeniería mundial por la Sociedad Americana de Ingenieros, es la obra de ingeniería metálica más importante de Chile.  Tiene 407,5 m de largo y 97,6 m de altura.  Fue inaugurado en 1890 por el Presidente J. M. Balmaceda.

Continuando nuestro viaje, pasamos por Lonquimay y llegamos a Curacautín  donde almorzamos.  "Tengo que decirlo:  En el sur de Chile se come muy bien y es muy barato."

En fin, pasamos por Los Saltos del Indio y de la Princesa y atravesamos el túnel Las Raíces, un túnel unidireccional con 4.528 m de largo, tiene forma de herradura.  En invierno se llena de estalactitas de hielo.  Se llama Las Raíces, pues antes colgaban raíces de árboles a la vista.

 

En la carretera, sector de la Araucanía.

Llegamos a Liucura, puesto fronterizo chileno, donde realizamos todos los trámites para cruzar a Argentina.

Seguimos nuestro recorrido por tierra de nadie hasta llegar a Pino Hachado, que corresponde al paso fronterizo en el sector de Argentina, ahí nos dieron la bienvenida.

Seguimos nuestro viaje y llegamos a Zapala, la primera ciudad argentina que nos recibió.  Un lugar pequeño, muy parecido a Tacna pero en versión más moderna.  Zapala es una ciudad muy rara, llegamos a pensar que hay mucho lavado de
dinero.

Esa noche alquilamos una cabaña pequeña y muy bonita, donde mi chiquitito lamentablemente fue comido por los Zancudos.  Mi Enzito es alérgico a las picaduras de insectos, así que nos tocó ir a farmacia a comprar remedio.

Día 3:  Hoy partimos desde Zapala hacia Junín de los Andes, una pequeña comunidad agrícola en la Provincia de Neuquén.  Ubicada en cercanías al Parque Nacional Lanín. Cuenta entre sus atractivos importantes pesqueros como la Boca del Chimehuín, el volcán Lanín, símbolo provincial y el Vía Christi, un sendero temático con impresionantes esculturas.  Aquí Papá y Enzo se bañaron en el río Chimehuín.

 En el Río Chimehuín, Junín de los Andes.

Después, continuamos nuestro viaje a San Martín de los Andes, el centro turístico más importante de la zona.  En invierno, el atractivo más importante es el centro de Esquí Chapelco, que en mapuche significa "aguas del chapel".  En primavera y verano las posibilidades son más variadas: cabalgatas, trekking, mountain bike, caminatas de interpretación de la naturaleza, excursiones lacustres etc.

En verano los ríos y lagos de la región invitan a la práctica de los deportes náuticos: canotaje, rafting, navegación a vela, además de ser la elección de los amantes de la pesca deportiva.

La ciudad misma se caracteriza por su peculiar arquitectura basada principalmente en madera y piedra, fiel al ambiente natural.  

Después de acomodarnos en el hotel, fuimos a recorrer la ciudad, la torre de la Municipalidad, el centro, el puerto y la costa, a orillas del lago Lácar (Meter miedo).  Nos acompañó una bonita noche con eclipse de luna incluído.

En los juegos de la Plaza San Martín en San Martín de los Andes.

Vista del Lago Lácar en San Martín de los Andes.

San Martín de los Andes es nuestro punto de inicio a la ruta de los Siete Lagos, que une esta localidad con Villa La Angostura, siendo uno de los recorridos más fascinantes por la belleza de la zona.  Este mismo camino nos llevará finalmente hacia San Carlos de Bariloche.

 En un mirador ya en el camino de los 7 Lagos.

Iniciamos nuestro recorrido de Los Siete Lagos, en el camino nos topamos con un control carretero, hablamos con el policía y le preguntamos que tal estaba el camino, nos dice que son poco más de 100 Km. de los cuales 60 son de ripio, pero transitable.  Más tarde nos enteraríamos que significaba "transitable".

Después del Lácar, el primer lago que se encuentra es el Machónico.  A pocos kilómetros se abre a la derecha el camino que conduce a la laguna Pudú Pudú y el lago Hermoso, enclavado entre montañas y bosques de ñires, coihues y lengas.   Más adelante encontramos la cascada Vullignanco, con un salto de agua de unos 20 mts. de caída.  Seguimos visitando los Lagos Falkner, sobre la margen izquierda de la ruta, y Villarino sobre la derecha.  Este último vuelca sus aguas al primero a través del río de su mismo nombre.  En el Lago Falkner Papá y Enzo jugaron en la playa.  Un poco más adelante, oculto entre altos y densos bosques, se descubre el lago Escondido, de color esmeralda.

 Cascada Vullignanco.

Bueno a esas alturas ya andabamos por el camino de ripio, era un camino bastante malo, con muchas piedras y rocas, con hoyos y algunos tramos con una sola vía, un camino bastante sinuoso, que se hizo eterno, pero era transitable.  Una de las cosas más bonitas que vimos, a parte de los lagos fue un rebaño de ovejitas, que se nos cruzó para beber agua.

 Ovejitas en fuga.

En un mirador, en un descanso del largo viaje.

Finalmente llegamos a San Carlos de Bariloche.  Lo primero que hicimos fue recorrer el centro cívico, el Museo de la Patagonia, La Municipalidad.  Dimos un recorrido en el tren de la alegría con el Oso Pooh y Bob Esponja, luego tomamos juguitos naturales y chocolate caliente.

Vista panorámica de San Carlos de Bariloche a orillas de Lago Nahuel  Huapi.

Yo voy aquí en mi silla, no cacho na del viaje.